domingo, 27 de diciembre de 2015

Un lugar

Quiero volver a ese lugar, donde había mil formas de ver las cosas, y sólo  realidad. Donde todo es como yo quiero, en la medida que se pueda, donde está permitido sentir hasta el hartazgo (que aún no llegó).
Ahí donde no existe luz ni oscuridad, y el calor que se produce se vuelve el frío de un acondicionador de aire. Donde se respira el mismo aire, a la misma distancia, y todo está bien.
A ese lugar que mi peor lado se encargó de pensarlo mío, mi pecado más dulce: creerme dueña de momentos, cosas y personas. Pero no me importa, en mi lugar es válido todo lo que me haga feliz.
Volver a ese pequeño lugar donde puedo perderme por su inmensidad. A veces me da miedo pensar en perder el control justo ahí, donde nadie más me puede salvar.
Donde es fácil subir y muy difícil bajar.
Ahí donde no existen límites para soñar, porque se duerme mucho y se quiere más.
A un paso del abismo donde me daría gusto reventarme la cabeza, o morir en el intento de sentir el impacto.
Me impacta.
Donde me quedo colgada en la estacada. (¿Acaso todo el mundo sabe el universo de significados en el que vivimos?).
Ahí dónde quizás me guste perder la cabeza, y la razón.
Donde me permito sobredosis de todo lo que me de placer.
Ahí, porque sí, y puntos.

Mío

jueves, 10 de diciembre de 2015

Multitud

Sin miedo, apelando a mi memoria

No soltarnos, sin quitarnos libertad. No podía dejarte de mirar. Quizás era la euforia de volver a estar tan cerca de vos, poder rozarte sin querer, y queriendo, jugar con tu pelo. Todo el conjunto de cosas que uno siempre desea cuando por alguna razón se aparta bruscamente de otra con la cual había creado, consciente o inconscientemente, un vínculo, y en potencia cuando te cuesta el desapego. Te empalagaste, pero te gusta. Y te separan. Anhelaba volverte a ver y por fin te tenía de frente, conmigo.

Entre sonrisas y miradas, no hacía falta decir nada. La realidad era todo y con la presencia física era suficiente para sentirnos plenos. Creo que entender eso es importante para poder entender el por qué (o el por qué no) de ciertas cosas. Yo me sentía plena cuando te vi, y aún más cuando comprendí que, sin que me lo hayas dicho, vos te sentías igual. Todo era tan lindo.

Y, ¿qué mejor que repartir la felicidad? Nada. No hacíamos nada y eramos felices. Nos fuimos a dormir, como otra actividad "recreativa" que nos resulta placentero compartir. Nadie que no se haya sentido así alguna vez puede comprender lo bien que se siente poder dormir con alguien que deseas. Nada como dormirte con una sonrisa dibujada en la cara, y aunque te despiertes hecha un mamarracho, esa sonrisa sigue ahí.

Nos fuimos a pasear, cual adolescente sale de la escuela un viernes y se va a la plaza a juntarse con amigos, caminando de la mano, o al menos eso intentamos. La gente empezó a aparecer de todos lados, mi mundo de fantasía se empezó a desmoronar. Era evidente que yo no era la única persona aquí que te estaba esperando, y entre tanta gente te perdí. Me perdí. Dejé de sentir tu mano y no te vi más. Ya no sonaban canciones felices en mi cabeza. Te habías ido de nuevo, o te habían alejado, o lo que sea. No estabas más.

Empecé a sentir un frío que me corría por la espalda y a pesar de que era de día, yo sentí que se volvió todo oscuro. El lugar dejó de resultarme familiar, la gente se multiplicaba y yo me sentía cada vez más mínima. Ahora me pregunto, ¿estaba desapareciendo?

Me empecé a ahogar de tanto drama, necesitaba encontrarte otra vez, pero esta vez yo te busqué. Me fui a cada esquina de la plaza, me crucé con tantos personajes, y me parecía extraño que mientras te buscaba entre la gente, no sabía quiénes eran porque no veía sus rostros, pero sabía que no eras vos, porque ninguno era el tuyo. Te seguí buscando, sin éxito.

Y en un momento me frené, noté que ya no era tan diminuta, y había vuelto un poco la luz, entonces comencé a caminar, como camina cualquier persona sin rumbo alguno, buscando algo que lo anime, o lo des-aburra. Busqué sentido y vi un escenario. Creció esperanza en mí. No sé por qué se fue la oscuridad y pude ver que del otro lado estabas vos, llamándome. Estaban tus amigos, también. Me sentí confundida, pero corrí.

Me sentía en una película de drama que yo misma me encargué en ese momento de llamarla "¿Caos?", me sentí exagerada porque no estaban lejos, pero corrí igual. Y ahí estabas, otra vez, en frente de mí, mirándome con una sonrisa. No me hacía falta más. Increíble el poder de tu sonrisa, o mi debilidad. Sentí que todo volvió a la normalidad.

Sentí que todo era real, cada emoción, cada suspiro, y lo sigo sintiendo ahora, después de haberme despertado.

No estoy para interpretar nada. Hoy no.

Lourdes

martes, 17 de noviembre de 2015

Va de nuevo

Quizás no sea el momento, ni el lugar. Quizás no seas vos la persona indicada, o el aparato, o el medio, pero necesito hacer esto cuando la cabeza no da más (otra vez).
Quizás estoy equivocada, quizás aún existe alternativa, quizás la esperanza no murió. Pero, cómo saber...
Quizás debería dejar de dudar y con firmeza ir para adelante, o quizás sea mejor ir a un costado, con la misma fuerza y seguridad, esa que no encuentro por ningún rincón de mi planeta. Es que estoy cansada, mi mente se agotó, mi paciencia también.
Me resigno cada vez que una nube tapa mi sol, pero todo vuelve a la deprimente normalidad cuando vuelve a salir el sol y otra nube lo vuelve a tapar.
Un paso adelante, dos atrás. ¿Y si miro al costado? ¿Qué más puede pasar?

Estoy tan cansada y no puedo dormir, ¿será que estoy cansada de tanto soñar?

jueves, 24 de septiembre de 2015

Bienvenidos al show

El que dice que no sabe actuar, miente. El que dice que se muestra "como es" y que no le gusta "caretear", también. Todos mienten, todos mentimos, pero no todos lo hacen con mala intención; a veces somos conscientes, pero la mayoría de las veces mentimos inconscientemente.

Nos mentimos a nosotros mismos, también, al pensar y sentir que no mentimos, pero en fin, ¿existe una única verdad? y en ese caso, ¿a quién le importa la mía?

Podemos pararnos a pensar que todo lo que hacemos desde que nos despertamos es mentir, o podemos reconocerlo libremente y seguir. Todo está actuado, a veces con guión, pero igual todo es parte de la realidad. La realidad de cada uno es íntima, "cada persona es un mundo" dice es slogan de la empresa de teléfonos más verga del país, pero es correcta. A mí sólo me convence mi realidad, mi verdad. Y sé que con todos pasa lo mismo, es un proceso interno e individual que cada uno vive y siente y no se puede detallar.

Nos levantamos, mientras miramos el espejo al lavarnos la cara, ya pensamos en qué personaje vamos a interpretar durante el día, o durante esa mañana, para después cambiar por otro a la tarde.
En el laburo somos los que más se esfuerzan (o no), en la facultad somos los más aplicados (o no), con nuestros amigos somos todos payasos (o no), en nuestra casa mostramos "la hilacha" (o no), y en la calle somos lo que sugiere la canción que suena en tu reproductor. Actuamos.
A veces nos cuestionamos si hicimos bien, si hablamos de más, si nos faltó hacer algo, y quizás es ahí el momento en el que nos sacamos la careta: cuando reconocemos (mentalmente) nuestros errores, hasta el más mínimo y (mal llamado) insignificante.

Bienvenidos al show donde todos tenemos objetivos diferentes y de igual manera entramos en la guerra de egos por querer ser los mejores:

Bienvenidos al show donde todo es como quisiéramos que sea, donde cada uno muestra lo bien que le va, donde todo es perfecto.
Al show del depresivo que sufre día a día por la pérdida de algo o alguien, y necesita apoyo de sus allegados para atravesar esa triste situación porque la está pasando mal "en serio".
Al show de los "modelos", los modelos de la estigmatización, los estereotipos modernos de la perfección, los que muestran vidas y cuerpos "perfectos", relaciones perfectas, sonrisas perfectas, con miles de likes en todas las redes sociales, "populares".
Al show de los que no tienen un show propio y buscan participar en el de los demás, de una u otra forma, para bien o para mal.
Bienvenidos al show de los vegetarianos, veganos, ovolacto vegetariano, carnívoros, super carnívoros, bulímicos, anoréxicos (cuyo show es privado, obvio).
Bienvenidos al show de las putas, los putos, las tortas, los carneros, los borrachos, los drogadictos, los pendejos, los viejos, los que no se sienten cómodos con ninguna de las anteriores pero tampoco quieren sentirse excluidos.
Al show de los enamorados. Los que se aman de verdad con cada órgano de su cuerpo.
Al show de los que no quieren invitar a nadie a ver su show, porque su vida es de ellos, metete en la de los otros o comprate una (?).
Bienvenidos al show del pesimista, del optimista, del que evita "gente tóxica", del que escribe manuales de autoayuda, Del rockero que no se pierde un recital, del hippie que hace artesanías, del hippie con osde que se fue a Europa, del millonario que no se fue de vacaciones por "rata".

La lista podría ser más larga de lo que nos imaginamos, pero siempre va a haber show para todo. ¡Qué loco cómo algunos creen que la vida es aburrida, con tanto entretenimiento! ¡Qué loco que muchos creen que entretenimiento sólo hay en la TV! Qué loco que algunos se crean locos, jugando a ser locos, porque ese es el show que más les gusta producir.
No hay excusa para el show, no es necesario tener plata para montar el mejor.


Bienvenidos a mi show.

Marisol

miércoles, 12 de agosto de 2015

Y, entre tantas otras cosas, me gusta escucharla llegar. Sentir esos truenos que parecen retarnos por hacer las cosas mal, provocando que los vidrios tiemblen, junto con el salto de susto de algún que otro cagón. Me gustan las tormentas cuando estoy distraída, pero más me gustan cuando estoy con vos. Ya no me dan miedo, te juro que no.

domingo, 5 de julio de 2015

Frio

Me mira y me dice que no hace frío, que deje de llorar. Que he aguantado temperaturas más bajas ( juntos ) y esta vez ni se compara.
No dejo de llorar un carajo. Me hace frío y no me importa lo que un tonto gorro rosa me venga a decir, como si fuera que los gorros hablan y que los corazones olvidan.

viernes, 3 de julio de 2015

Respuestas

Parece que han pasado años desde la última palabra, la ultima sonrisa, el último abrazo, y sólo han sido tres días.
Es que la ausencia se hace notar porque la costumbre le recuerda que ya no suena el celular a cada rato, que ya no hay motivo para salir a la vereda a las dos de la mañana. Está sola pero acompañada de recuerdos y preguntas.
¿Qué nos pasó? Sigue sola. No hay nadie que pueda responder a sus preguntas, entonces acude a su memoria: fuimos nosotros.
Simplemente no pudo ser, no hay que complicarse la vida buscando respuestas para todo. Buscando el origen de las cosas. Aceptalas como son: vos y yo no somos el uno para el otro, vos y yo no nos llevamos bien.
Si era sí, porque sí. Si era no, porque no. Basta.
El proceso de reflexión concluye recordando una triste frase que una vez supo leer:

"Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte. Como el guante izquierdo enamorado de la mano derecha" - Julio Cortázar

martes, 28 de abril de 2015

Compañía 2.0

¿Será casualidad que siempre vuelves cuando más sola me siento? Apareces de la nada en mis mejores momentos de soledad. Esas noches donde sólo quiero cerrar los ojos para no ver nada, para dejar de pensar. Cuando los fantasmas me atormentan y no me dejan en paz. Cuando me encuentro por el piso juntando los pedazos de este miserable corazón. Ahí apareces vos.
Siempre tan inoportuno como necesario, es lindo leerte aunque sea con los ojos hinchados y rojos. Es lindo saber que alguien piensa cosas tan lindas sobre mí,  aunque no lo entienda. No entiendo cómo alguien puede querer así a alguien tan vacía y negativa como yo. Alguien que se fija en lo que no tiene y que sueña con la libertad de poder volar lejos, sola.
Alguien que todavía llora un viejo, tan viejo amor.
Sabes, a mi malestar espiritual se le suma el odio a mi misma por no saber aprovechar ese cariño tan sincero que me demuestras, a pesar de mi idiotez.
Quisiera quererte como te mereces. Quisiera que salgas de la larga lista de cosas y gente que no se valorar.
Quisiera poder, y no es que no puedo, sino que no estoy preparada para volver a entregarme así.
Te pido disculpas, tampoco quiero que te alejes y, por favor, no me dejes de escribir así. Leerte es una de las pocas cosas que en estos días me quita un poco de tristeza.
Gracias por aparecer.

miércoles, 22 de abril de 2015

Superación

Gracias a vos conocí lo que es la locura y las ganas de desaparecer. Con vos conocí las peores partes de mí, y lo mejor: aprendí a controlarlas.
Aprendí a equilibrar las ganas de morir y las ganas de matarte, para estar aquí, tranquila, relajada, quieta.
Debo agradecerte por todo lo que he descubierto a mi alrededor. He aprendido que el amor no es único, ni podemos amar a una sola persona. He entendido que somos sujetos sexuales y no podemos escapar de los instintos. He aprendido que todos estamos abiertos a la posibilidad de perder la cabeza a causa de los miedos, y hasta he aprendido que nunca más quiero estar tan bajo por pensar más en vos que en mí.
Te he odiado hasta el llanto, hasta el grito, hasta romper algún objeto cerca de mí. Te he deseado el peor de los males simplemente por existir. Por haber aparecido en mi vida, y en mi camino. Pero se acabó, y ¿sabes por qué? Porque entendí que nada fue tu culpa, ni la mía.
El destino juega una vez más en mi contra para probarme, para fortalecerme, para que entienda que soy una persona mas en este mundo que tiene problemas, que no soy la única. Vos apareciste en mi vida porque así debía ser. Y como toda prueba que el destino me pone, llegas, me revolucionas, te problematizo, te soluciono y te dejo ir. Te dejo libre de mi odio y mi rencor. Ya no te deseo la muerte ni nada de todo lo malo que sentía por vos. Tampoco quiero ser tu amiga y que me cuentes tus secretos. Para nada. Simplemente quiero dejarte ir para poder avanzar en mi vida, ya que por mucho tiempo detuve mi viaje por dedicarme a odiarte y a hacerte la contra, y hoy lo pienso: ¿para qué? ¿De qué me sirvió? De nada, absolutamente.
Te agradezco por haber sido una piedra más que me sirvió para aprender. Todo lo que me haga aprender es bienvenido en mi vida, pero vos fuiste un problema, y como ya te resolví, te dejo ir, porque ya no me sirves más. No espero nada de vos, porque jamás lo esperé, pero sobre todo, espero que dejes esa mente de nena de 10 años que inventa historias sobre mí para quedar bien con la gente, o aún mejor: si tanta buena imaginación tienes, dedicate a escribir, que para eso estudiaste y te recibiste, y sacale fruto a tu estupidez y locura. No conozco ninguna de tus obras, pero si pones el mismo énfasis que en la historia que te esforzaste en inventar, debes ser buena.
Así concluye la primera y única vez que hablo refiriéndome a vos. Es la primera vez que hablo con vos, para vos, aunque no lo sepas ahora, ni nunca. Pero si te hace feliz pensar que te busqué, genial, sos libre de hacerlo una vez más.
No te odio más, tampoco quiero volverte a ver. Pero el destino es cruel y la ciudad es chica, estoy casi segura de que en algún momento te voy a volver a cruzar, y sólo espero en ese instante poder mantenerme con la misma serenidad con la que escribo ahora, con la que voy a apoyar mi pesada cabeza en mi almohada, y así poder (después de tanto) dormir en paz.

Gracias, Ro.

lunes, 13 de abril de 2015

Después del chaparrón

La noche inspira a los llorones. Se presta para los que extrañan, para los que piensan, y recuerdan, y, mierda, cuánto te extraño...
Te extraño más que a nadie. Nunca extrañé tanto un abrazo como extrañé el tuyo, y ahora que me lo volviste a quitar creo que lo extraño aún más.
Extraño ver una sonrisa en tu cara, extraño causarla, y disfrutarla.
Extraño y es extraño que te extrañe tanto después de todo. De todo. Pero, ¿sabes una cosa? A pesar de dormirme y despertarme pensandote, a pesar de renegar por no tenerte, a pesar de ser tan optimista y de haberme quedado sólo con lo mejor de vos, a pesar de eso el lado B de mi memoria me dice que pare. Que no espere. Que me vaya. Que le haga caso de una vez por todas al lado izquierdo de mi brazo y siga adelante. Seguir adelante después de vos.
No es difícil dar el primer paso, lo difícil va a ser poder correrte la cara dentro de poco cuando seas vos el que vuelva, extrañandome. O mejor todavía, no aparecer cuando me busques.
¿Te espero, o te dejo ir? ¿Sigo preguntando, o esta vez decido yo?

viernes, 3 de abril de 2015

Extimidad

Quizás tienen razón, quizás el problema está en mí, en mi cabeza. Quizás no son todos los que tienen problemas conmigo. Quizás todo eso ya lo sé, y el verdadero problema es no saber qué hacer con tanta información en mi contra.
No puedo salir corriendo, pero tampoco puedo vivir encerrada en estas cuatro paredes, a la que ya no sé qué más hacerles para no aburrirme (más).
¿Dónde venden cajas de motivación? Es como si todo hubiese perdido sentido a mi alrededor. Al principio dormir era la mejor opción, hasta que el aburrimiento le ganó, junto al dolor insoportable de espalda (otro más).
Quiero algo, ya no lo quiero. Quiero hacer esto, ya no quiero hacer nada. Quiero salir, mejor me quedo a dormir, no quiero dormir, ¿entonces?
Llorar y reír sin parar, a la vez. Reír y bailar, bailar y llorar. Llorar y fumar, fumar y reír, reír y llorar. No estoy bien, ¿estoy mal?
No me va la idea de sentarte al frente de alguien que se comió mil libros y se fumó mil problemas por día, que "dice" que me va a ayudar. ¿Qué saben ellos lo que siento yo? ¿Qué sabes vos? Si no sé ni yo.
Saber. Estoy cansada de saber/no saber nada. De hacer y no hacer las cosas. De jugar con la gente por aburrimiento. De sentir asco por esa gente. De sentir asco hasta de mí.
Creía que la solución a todo era irme lejos, donde todo sea nuevo para mí, pero hasta estando allá arriba me sentía así y ahí me di cuenta de la verdad: el problema era mío, la loca soy yo.
Y si, quizás si escribo esto para que los de siempre me lean, pero no por llamar la atención. ¿A quién le gustaría ser conocida por ser una histérica de mierda que no sabe lo que quiere? Pero lo voy a hacer igual, porque es mi manera de sacar al menos un poco de todo lo que me esta asfixiando. Porque no quiero escuchar a nadie que se crea cuerdo ni mucho menos sentarme en un escritorio a llorar 50 minutos por semana, pero tampoco puedo huir, ni quedarme aquí acostada. Entonces, ¿Qué es lo que voy a hacer? "Veni a la iglesia", sugiere otra loca. Espera sentada, aunque quizás sea esa mi solución. Quién sabe.
Estoy en crisis. Mi alma esta en crisis. Estoy parada en el medio de la nada, sin saber qué hacer, que rumbo tomar, y peor aún : no tengo rumbo.
Ojalá pudiera valorar todo lo lindo que tengo, ojalá pudiera verlos y sentir algo más fuerte que mi aburrimiento. Ojalá tuviera ganas de levantarme de esta cama y ponerme a estudiar, ¡mínimo! Ojalá pudiera mirarme al espejo y sentir satisfacción, al menos una vez, aunque muchos no lo crean...
¿Qué me pasa? ¿Por qué nadie me puede ayudar? ¿Por qué yo no me dejo ayudar?
Pubertad, 13 años mode on.

domingo, 22 de febrero de 2015

Búsqueda

Sábado de lluvia, nada que hacer. Esperando. Uno siempre espera. Qué esperamos? Por qué siempre esperamos?
Pensando en todo el tiempo que uno pierde por esperar. Pensar que ayer no mas estaba en otro lado, esperando.
Pensar que hace un año atrás todo era distinto. Cómo cambia todo. Todo cambia tanto. Por qué todo cambia?
No son cosas sin sentido. Aunque así parezca, todo tiene más sentido de lo que uno pueda imaginar. Cada uno le da el sentido a las cosas, me lo dijo alguien que habla con la cabeza bien abierta y con sus ideas bien claras.
Pero quiénes somos nosotros, simples mortales que podemos morir en cualquier segundo, para ponernos a cuestionar la existencia del mundo? No somos nada, pero la nada a la vez es todo. Somos todo y no somos nada a la vez. Si lo vemos desde afuera somos seres que viven por el solo hecho de haber nacido y hacemos lo que hacemos porque así se dan las cosas en esta vida. Somos partes de una máquina previamente programada. Hacemos todo porque sí. Si lo vemos desde afuera nada tiene sentido. Es así porque así debe ser.
Pero, y si lo vemos desde adentro? Y si vemos las cosas desde nuestro propio punto de vista? Somos todo! Y yo hago esto porque ésto es lo que soy. Ésto me hace sentir viva. Eso me hace poner los pies sobre la tierra, aunque a veces me gane el miedo, la incertidumbre y la duda. Aunque a veces quiera escapar de todo y de todos. Aunque a veces dude hasta de mí. Soy así. Soy esto y actúo así porque de esta manera busco (directa o indirectamente) la felicidad, y sobre todo: ser libre.

jueves, 29 de enero de 2015

Desde lejos

Ya hacen varios días que mis ojos no se cruzan con los tuyos. Es una triste realidad que debo aceptar, aun sabiendo que los días van a ser todavía más.
Nada me da el derecho de exigir lo siguiente, pero es que estas en mi mente tan presente que ya no aguanto ni quiero soportar tal tempestad.
Se que somos libres de seguir nuestros instintos como nos plazca, pero no me gustaría volver a verte en la misma situación que en una foto que el destino me forzó a ver.
Que nadie te toque. Que nadie te mire. Que nadie te bese. Que nadie me quite ese abrazo que supe encontrar. Ojala nadie se cruce en tu camino y capte tu mirada, y si lo hace, que te evite. Egoísta.
El destino ha sido tan bueno conmigo  que siempre me da una buena y dos malas. Tengo miedo que alguien te busque y te encuentre, como yo. Que alguien me robe lo que ya no tengo, ni tuve, pero muero por tener.
Si yo me entero que alguien ya robó tu corazón, ay amor, no sé qué voy a hacer.

Marisol

jueves, 8 de enero de 2015

Adieu! Bye Bye!

Llegó el día. Mierda, cómo se hizo esperar, no? Después de tanto tiempo, de tanto llorar, tanta vuelta, tantos problemas, tantas idas y vueltas, al fin llegó el momento de partir.

Me invaden un millón de emociones: ansiedad, miedo, alegría, euforia, pero sobre todo esperanza.

El destino hizo de las suyas, unas vez mas, se me cagó de risa en la cara desde que empecé el año. Le encanta verme muy feliz cerca del final, y disfruta más hacerme sufrir cuando todo parece ganado. Me hace entender, de una vez por todas, que no hay que cantar victoria antes de tiempo, pero termina dándome lo que merezco, sea para bien o para mal, y en esta ocasión me dio todo lo bueno que después de todo lo que pasé creo que lo tengo muy merecido. Humildad ante todo, pero hay que ser realistas: lo merezco.

Lo merezco porque hace años sueño con ese lugar tan maravilloso, por este viaje, en realidad. Sueño con todo lo que implica el viaje que estoy por hacer. Ir con un grupo hermoso de gente linda que sueña lo mismo que yo, locos que nos entendemos y pretendemos cumplir nuestro sueño cueste lo que cueste. Locos a los que el destino tambien estuvo poniendo a prueba este ultimo tiempo pero aqui estamos, a horas de partir, cargados no sólo de mochilas y mas mochilas, sino de ilusiones. Gracias, destino, por haber puesto a esas personitas en mi camino.

Voy en busca de eso que uno nunca deja de buscar: paz. Quiero volver a sentir esa paz que encuentro en el silencio entre las montañas, en el cantar de los pajaros, en el sonido del agua corriendo por el río. Frase que no me canso nunca de decir porque para mí la paz está ahí, en la armonía de esas tres cosas. Despues de todo un año cargado de cosas buenas y no tan buenas uno necesita ese descanso, ese receso espiritual que estamos por tomarnos, para volver cargados de muchas buenas vibras y sobre todo de energía positiva para tener el valor y la fuerza para afrontar otro largo año.

Ojala pudieran entender la alegría que siente mi alma al saber que va a ser libre una vez mas, aunque sea por unos días.

Gracias a toda la gente que me ayudó a llegar a estas instancias. A la gente buena que no hace mas que deseas buenas cosas, y a la gente no tan buena tambien, porque son mi motivación para lo que no voy a ser (ni hacer) nunca.

En fin, gracias al destino por dejarme vivir todo esto, por fin, a pesar de todo. Estoy a punto de cumplir mi sueño. No pido más. Dejenme ir y ser feliz.

Los veo a la vuelta!

NOA - BOLIVIA - PERÚ

Lourdes Marisol