martes, 14 de enero de 2014

Skyscraper

Y ahora que solo hay oscuridad en la habitación, en silencio voy a gritar lo que mi corazón siente y mi boca no dice. Hace años que no me sentaba a escribir algo tan real y triste a la vez. Real y profundo. Desde lo mas profundo de mí. Un par de lagrimas van a limpiar al menos un poco de tanta suciedad dentro mío. Basura. Las malas decisiones me ensuciaron, me vaciaron, al punto de sentir que lo mejor de mí se fue, no está mas, y sólo quedó la basura. Son los mismos ojos pero no la misma manera en la que los voy a mirar. Voy a tratar de no mirarlos más. Es la misma voz pero la ternura y suavidad desaparecieron. Ya no hay nada. Había mucho, dicen, pero ya no hay más. Qué es más triste: un corazón que no te pertenece, o saber que es todo una mentira, que ese corazón está vacío y ese cuerpo se mueve por instinto y no por sentimientos? Decepción. Decepcionada de los dos. No había necesidad de dañarnos tanto. No! Al final, quién es el que mas "asco" da? El que miente o la que hace lo mismo?

Alguien prendió la luz, es hora de volver a empezar.

lunes, 13 de enero de 2014

Promesas de Enero

Ya hacen cuatro años de aquella primera promesa: "Te voy a hacer vivir como la reina que sos". Es tan loco que en cuatro años no hayas cumplido ni la primera de tantas que siguieron, pero fui feliz, sabes? Sí.

Desde ese Enero descubriste que yo no era una mascota a quien enjaular y alimentar como si nada. Soy libre y eso es algo que nunca vas a entender, y cada vez que volvía sola al lugar que me vio nacer, necesitabas asegurarte de mí; garantizar mi regreso. Cómo lo hacías? Prometías. Ponías en juego el valor de tus palabras. Hablabas por hablar con tal de verme volver a esa solitaria cárcel donde me tenías y yo, por amor, volvía. Volvía a confiar en tus palabras, aún sabiendo que eran mentira, sólo por mantener viva la ilusión de vivir hasta el final mi vida con vos. Pero como todo se agota, mi paciencia también lo hizo y me cansé. Quiero vivir y disfrutar mi libertad, ya que con vos dejé de ser feliz hace mucho tiempo. Ya no hay lágrima, regalo o excusa que pueda retenerme.

Disculpame, amor, pero ya no hay promesa de Enero que me haga volver.