viernes, 15 de julio de 2016

Afinadísimo

¡Qué lindo volverte a ver, Estela! Negrita linda, siempre vos, trayendos sorpresas.
¡Qué grato encuentro!
Cada vez que te veo vienes con algo nuevo. Siempre vos, con tu misterio.
Pasó tanto tiempo que se me hizo difícil volver a tomar confianza, hasta que me soltaste la lengua y pude empezar a hablar sin miedo.
Con tu mirada de canchera, me pones a prueba a ver qué tanto estoy dispuesta a dar.
Yo te sigo la corriente; a veces es bueno dejarse llevar.
Ay, negra; no sabes cuánto extrañaba el cosquilleo en el estómago. No me puedes culpar: si no hubiese sido por vos, nada pasaba.
Excusas sobran, pero no hacían falta.
Cálido lugar. La música, una montaña rusa de sensaciones; del 'subí el volumen' al 'apaga eso, por favor'... exactamente igual a como me hiciste sentir.
De todos modos, fue lindo caminar con la Luna en los hombros, borrando dudas -si es que quedaba alguna- sobre su complicidad. Brillaba tanto, pero no como esa mirada, quizás la mía también, pero cómo saber.
Ha sido un placer encontrarte esa noche, y dejame confesarte algo que quizás no te diste cuenta: las ganas de envolverte con mis brazos aún no me dejan en paz.

Qué linda sonrisa

1 comentario:

  1. Y en los desafinados silencios de mirada a los ojos, quizás sí pensábamos lo mismo, vos y yo.

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