Nada, que pasó una nube y me acordé de vos. Después se vieron las estrellas y no me pasó nada, pero después salió un viento tan fuerte que quise sentir un abrazo tuyo, o mirarte. O escucharte. O no recordarte. No pasa nada nuevo por aquí, solo el bajón de tener que estudiar y pensarte seguido, bastante. Y el no animarme a decirte que creo que te extraño, y el fosfovita que me hace delirar.
Me olvidé de dormir.
Me olvidé que había que seguir.
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