Pero cuando aparece alguien más se rompe ese equilibrio que solo ella entiende:
Él está enamorado de ella. Mira sus fotos todo el día. La busca. Repite lo que ella dice, como si fuera su propia opinión. Le escribe cartas. La invita a salir. Cada vez que tiene oportunidad la mira, la abraza, le dice lo mucho que le gusta y no la deja de mirar. Le tira palos, le dice que la extraña, en fin, le habla. Y ella no es feliz. No, no lo es. Le molestan sus palabras, sus miradas, sus abrazos. Lo prefiere lejos y callado. No le gustan sus regalos y se asusta de solo escuchar su nombre. No lo quiere ver.
Sus allegados llaman a esto "ser estúpida", ella lo llama "su estilo".
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