martes, 27 de agosto de 2013

Guacha

Por fin llegó el momento tan esperado. O al menos eso creo. A estas alturas del partido ya no sé en qué creer.

Ya no recuerdo la primera vez que hablamos, pero sé que nunca me voy a olvidar de cuando los conocí. Y pensar que a veces uno escucha una canción por la radio sin darle importancia a quién está detrás, no? 

Recordemos un poco: frío, silencio, hambre, que derivaron en un "cocina, música, yo". Sonaba "Te voy a contar un sueño" de Jacinto, pero era otra voz, otro ritmo, era algo totalmente diferente pero me encantaba escucharlo. No conforme con la canción y el nombre del grupo, me senté a googlearlos hasta que te encontré. No sabía ni tu nombre, pero esa foto me dijo todo. Me gustaste desde ese primer click. Sí, desde ahí.

Por algún motivo que desconozco (o no) decidí buscarte en facebook y sorpresivamente también te encontré. Con pocas esperanzas de ser aceptada, te envié la solicitud y muy feliz comencé a escribirte.No podía creer que fueras tan sencillo, tan simple, tan natural. Era genial pasar las noches hablando con vos. Me gustaba conocerte más, nunca hubiese creído que serías la persona que sos. Me sentía como cuando sos chico y te gusta alguien por primera vez, viste? Que sabes que ya pasaste mucho tiempo hablando (chateando, en este caso) y aún así no podías parar de hacerlo.

Pasaban las horas, se hacía de día, pero no se acababan las cosas por contarnos. Las llamadas por teléfono empezaron a aparecer, así también como los primeros fantasmas: tu novia, mi novio. Mejor conocidos como "nuestros ex's".

Qué culpa tenía yo de haberme enganchado con alguien que nunca había visto? Nunca pasó nada, no podían culparme de nada. Lo mismo pasaba de tu lado...

"Llegan de noche gritos lejanos", y efectivamente eran las amenazas de tu novia que por teléfono me pedía que deje de escribirte. Nunca se dio cuenta de lo fuerte que era eso que no era, no? Como si fuera que por dejar de escribirnos iba a desaparecer lo que nos pasaba. Ilusa, estúpida.

Pasaba el tiempo, ya eramos grandes amigos. Si alguien me preguntaba de vos podía, tranquilamente, responder que no te gusta hacer regalos para fechas especiales, ni recibirlos; que te gusta asentar la comida con un porro, y que, de hecho, vives "asentado" , ja; que naciste un 28 de Enero y que tocar el bajo es tu pasión. Que crees en lo posible, no en lo ficticio; que te caracteriza la libertad.

A veces me pregunto, por qué no nos vimos esas dos veces que estábamos a menos de diez cuadras en un lugar u otro? Estar tan cerca y a la vez tan lejos, y todo lo contrario, cuando te ibas cada vez más lejos, estábamos mucho más cerca que antes. No sé qué fuerza sobrenatural (en la que ninguno de los dos creemos) habrá impedido nuestro encuentro en ambas oportunidades, pero algo te trajo hasta aquí. "La tercera es la vencida", muchas veces forzamos la situación para que las cosas pasen, pero esta vez algo ajeno a nosotros fuerza las cosas para que esto se dé como muchas veces lo planeamos.

Trato de imaginarme el momento en que por fin te tenga en frente, verte tocar, escucharlos, escucharte; pero no logro llegar a nada. Lo imaginé tantas veces y ya ves, no pasó. Si bien la esperanza es lo único que nunca se pierde, creo que a mi me quedan pocas.Solo sé que esta vez va a ser diferente. Lo siento así, lo sabes. Y sé que a vos te pasa lo mismo. siempre te pasó lo mismo que a mí.Quizas el contexto haya cambiado un poco, pero creo que cuando algo está decidido "por fuerza mayor", así debe darse. Y yo siento, desde el primer momento, que con vos tengo escrito más de dos capítulos, en algún lugar.

Te espero. Siempre.
M.F.

lunes, 19 de agosto de 2013

Volvieron (2)

Volvieron los mensajes enviados, y el arrepentimiento minutos después.
Volvieron las palabras en exceso.
Las ganas de más.
Los abrazos "no te vayas".
Los textos hablando de la confusión existencial al sentir algo que no quiere por alguien que tampoco quiere.
Los bordes de las hojas con su inicial.
Las actitudes patéticas, cursis.
El intento de justificar lo injustificable.
La pregunta retórica, todas las noche, cada vez que aparece, cada vez que lo escucha: qué carajo me pasa con este chico?
La hora de diferencia entre un texto enviado y su respuesta.
Los mensajes sin sentido, pero necesarios.
Las escondidas.
Las ganas de que todo se de vuelta.
De que no pase más.
De que pase todos los días.
La ambigüedad que su personalidad y su cara generan.
Las canciones dedicadas.
La inspiración.
Las entradas, las salidas.

Las ganas de que esté cuando no está.
De yo estar donde sé que no estoy. ni estaré.

El pesimismo.
El realismo.
El realista.
La que no sabe lo que quiere, pero quiere lo que no tiene.

La esperanza.
El miedo.
La duda.
La nada.

Volvieron, siempre vuelven.
Siempre se vuelve.

El afecto? No, no puede volver, porque nunca se fue.